Los cultivos necesitan sol. Sin embargo, hay un punto en que las plantas no soportan mucha cantidad de luz solar, y esto causa pérdidas en las cosechas. Por ejemplo, pensemos en las zonas áridas de nuestro país, son pocas las variedades de cultivos que podemos plantar en zonas donde hay una gran exposición a la luz solar; y muchas veces se logra compensando con un riego constante, en zonas donde muy probablemente también haya escasez de agua.

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Pero, ¿qué tal si pudiéramos producir sombra en estas zonas? Con los paneles solares, es posible producir sombra sobre un campo de cultivos, produciendo temperaturas más bajas, menos exposición al sol, y así lograr sembrar con mucho más éxito.  Además, la luz producida puede ocuparse en muchas de las actividades de la agricultura, como bombeo y tratamiento del agua, procesamiento del alimento, automatización de invernaderos, etc.

Cuando tenemos grandes plantas de paneles solares, estas pueden crear un efecto de isla de calor. Si los paneles solares alcanzan altas temperaturas, se vuelven menos eficientes, es decir, producen menos energía. Aquí es donde las plantas pueden ayudar con este problema. Cuando las plantas de los cultivos producen dióxido de carbono durante la fotosíntesis, también liberan agua, este proceso al cual se le llama transpiración, podría ayudar a bajar la temperatura de los paneles solares y así evitar menos perdidas de eficiencia.

El agua se evapora más lentamente cuando hay sombra, si logramos reducir la cantidad de luz solar que llega al suelo, el agua de riego podría permanecer más tiempo siendo aprovechada por los cultivos. Tomando en cuenta el estrés hídrico que estamos viviendo en muchos sitios, el aprovechar y cuidar el agua en cualquier aspecto, hace que este beneficio de las plantas agrovoltaicas sea cada vez más importante. 

Además, en PASE hemos combinado un sistema de captación de agua de lluvia usando la superficie de los paneles solares, de esta manera se obtiene el agua necesaria para el riego de los cultivos.